sábado, 31 de mayo de 2008

Equilibrio ecológico

Anoche pude ver como el pelotudo de Calamaro le cantaba a las ballenas metido en una burbuja, sumergido en las gélidas aguas de Puerto Pirámide.
Pobres animales...
¿No tuvieron ya suficiente, soportando la caza indiscriminada, y a los molestos japoneses con sus arpones?
¿Era necesario que pasara esto? ¿Nadie protestó? ¿Esto es arte? (Para mí es mierda).
Tenía entendido que estaba prohíbido interactuar de cualquier manera con estos bichos en este santuario.
Pero, los argentinos no nos andamos con chiquitas...
Vean el mes que viene en el Discovery: Miranda canta a la mamba negra (y con suerte los pique y mate a todos); Pablito Ruiz toma el té con los leones del Serengeti; Guido Süller es culeado salvajemente por gorilas en África.

Almácigo Consulting Group S.A. S.A.I.C. EEEEAPEPÉ

En mi experiencia como buscador constante de trabajo he conocido boludos importantes.
Todos sabemos que la entrevista laboral es un arte extinto. Que todos los dueños de verdulerías saben que las preguntas están diseñadas sobre bases psicológicas, y que son formuladas para evaluar la conducta del entrevistado, y no la respuesta en sí.
Pero algunos, dejando de lado a la psicología, cometen abusos.
Es así como, a traves de este humilde medio, pretendo exponer una guía para conseguir trabajo contestando todo lo contrario a lo que dije en su momento. Ya que, al parecer, contestar con lógica no es lo que buscaba esta gente... Y sigo desempleado...

* ¿Usted es de llegar tarde?
- Si. Me quedo dormido porque salgo muy seguido de putas. Pero los jueves es otra cosa: vienen unos amigos y hacemos que dos chinos jueguen a la ruleta rusa. El jueves pasado gané $300... El drama es pagar las balas...
* ¿Terminó el secundario? (lo dice mirando el CV en donde, además de figurar el establecimiento y el título obtenido, se ven las carreras universitarias cursadas, para las cuales es necesario haberse recibido)
- No. De hecho, sólo llegué a tercer grado... No se leer... Y encontré su oficina no por reconocer la escritura en la puerta, sino porque seguía a la secretaria culona esa...
* Estamos buscando, ante todo, una persona educada, con buenas relaciones interpersonales. ¿Es usted esa persona?
- (contra en la planta del rincón) ¿Eh?... No molesté' boludo. ¿No ve' que toy meando?...
* ¿Qué puede aportar usted a esta empresa?
- Mirá flaco... ahora está un poco jodido todo... pero si me das un par de días, puedo conseguirte cualquier tipo de merca...
* ¿Es usted una persona responsable?
- Si, seguro (mientras arroja al cesto lleno de papeles el fósforo con el que encendió un cigarrillo, aún prendido)
* ¿Le interesa el puesto que ofrecemos?
- No, pelotudo, metete el trabajo en el orto...


Siguiendo estos simples consejos es seguro que usted, simple poligrillo, consiga un trabajo digno en esta, nuestra Argentina potencia.

viernes, 30 de mayo de 2008

Pelotudos éramos los de antes (una visión apocalíptica acerca de la juventud, que justifica, en cierto modo, el exterminio total de la raza humana)



Cuando trabajaba en el cyber tenía largos momentos de nada. Cuando ya no había nada para postear, nadie en el msn, los juegos me tenían podrido y ya nada me interesaba ver en interness, a la trastornada mente que poseo se le daba por analizar el mundo... Y siempre salía para el culo...
Ya en esa época (y más ahora) sufría del "mal del viejo resentido": esa extraña patología que hacía que nuestros abuelos despotricaran contra la licuadora, por considerarla un engendro del mismo Lucifer, y repitieran que su época de juventud fue, es y será mejor a todas las que pasaron, y estén por venir.
Pero lo mío no pasaba por el lado de la tecnología. Ni siquiera por el de la conducta. Yo veía (y veo) una degeneración en el carácter y valores de los videojugadores... Después de todo, estaba en un cyber... Y recuerden que avisé que los análisis no salían bien...
La humanidad ha tenido formas de inculcar conductas y valores, y de distenderse, representarse y reírse de sí misma a lo largo del tiempo: las pinturas en las cuevas; la mitología griega y sus formas de expresar los cambios políticos, jurídicos y sociales; la literatura en general; el teatro, y las nuevas formas de verlo (el cine y la televisión); etc.
Pero la mía es la generación del videojuego.
Mi generación no sólo leía, veía tele, iba al cine y demás. También creció junto a unos aparatitos que hacían ruidito y que a las maestras les gustaba confiscar en los recreos. Veía a un cuadrado disparle un cuadradito a otro cuadrado más grande en el televisor, comandados por unas palancas horribles que tenían un botón en la punta, y que nos hacían creer que éramos Rick Hunter o Maverick, a punto de liberar al mundo de algún hijo de puta en avión.
Fuimos creciendo, y los videojuegos crecieron con nosotros.
De los "Game & Watch" de Nintendo y los juegos de Casio, pasamos al Coleco. Del Coleco pasamos al Family. Luego llegó el "Genesis" de Sega. Algún amigo lo tenía... Pero había algo más...
Era caro. No tenía tantos juegos. No era fácil de alquilar. Imposible de comprar.
Pero tenía conversiones de los "fichines". Se rumoreaba la existencia del "Street Fighter". Alguno dijo haberlo visto. Se sabía, eso si, que el "Final Fight" había sido lanzado casi en simultáneo con la consola. Tenía el "Super Mario World"...
Mi generación inauguró la última década del siglo pasado con el "Super Nintendo".
Con el tiempo pudimos comprarla. Era la felicidad en caja grande.

No éramos nerds. Salíamos a bailar. Andábamos con minas. Boludeábamos por ahí todo el tiempo. Odiábamos la escuela.
Pero, de vez en cuando, "sacrificábamos" un fin de semana para jugar. Uno ponía la casa. Otro la bebida. Otro la comida. Todos íbamos a alquilar los juegos. Y todos íbamos a devolverlos. En otro fin de semana las obligaciones rotaban.
Tomábamos nota de los avances y progresos. Comparábamos notas de juegos. Algunos llegaron a extremos impensados (un amigo mío conoce cada uno de los caracteres del japonés sin entender un corno lo que dicen). Yo desarrollé un gusto particular por la literatura fantástica y de terror.
Todos jugábamos. Éramos un gran equipo. Pero solo uno comandaba. El puesto rotaba en períodos de tiempo más o menos regulares. Los demás preparaban café. Traían facturas o pedían pizza. Anotaban la dirección tomada por el jugador respecto de un mapa elaborado por nosotros. Algunos dormían, porque existían juegos que debían jugarse de un tiro, ya que no era una opción devolverlo y perder los avances al no contar con un sistema de passwords.
Y así, todos visitamos un mundo de caños y pisamos tortugas con un plomero italiano para salvar a una princesa cachetona (Super Mario); Fuimos a un planeta extraño para rescatar a un bicho horripitufante, con una mina de traje amarillo y rojo que se hacía bolita (Super Metroid); Salvamos al mundo de una invasion extraterrestre con un grupo comando (Contra); Aprendimos a volar todo tipo de aparatos, para poder hacernos con el mando de un AH-64 Apache (Pilotwings); Corrimos en mil circuitos, solo por el placer de manejar un deportivo (Top Gear); Nos metimos en un quilombo sin saber como, y tal vez menos sepamos como salir (Flashback; Out of this World); Nos cagamos a trompadas en las calles del mundo una y mil veces, con tipos bastante jodidos, para vengar la muerte de algún ser querido (Street Fighter); Volvimos a nuestro planeta a recuperar el trono de nuestra familia y, de paso, hacer mierda al guacho que esclavizó a nuestra gente (Blackthorne); Rescatamos a la argolluda princesa de la tierra de Hyrule de las garras de un tipo mal parido, para no ganar absolutamente nada más que el placer de las buenas acciones (The legend of Zelda: A link to the past); Recorrimos un castillo en la Transilvania del siglo XVIII para salvar al mundo del azote de Drácula, no porque quisiéramos, sino porque es la maldición y el destino trágico de la familia Belmont (Super Castlevania IV); Vinimos desde el cielo a luchar por la humanidad en la aventura más jodida que pueda tener un ángel (Actraiser 2); Atravesamos el sistema planetario Lylat en una nave que parecía un cono de papasfritas para matar a un mono superinteligente (Star Fox); Con horror descubrimos que los huesos del último castillo son los de nuestro padre, y vimos como el chanchito de nuestra mejor amiga se sacrifica en la hoguera para que una tribu no se muera de hambre y pueda darnos una pista que, al final, no nos servía para nada. En una de las sagas de juegos más interesantes y crueles que se hayan creado jamás (Heaven and Earth Saga II - Illusion of Gaia); Nos subimos a un robot gigante para defender nuestra soberanía sobre ciertos recursos naturales (Cybernator); Y muchísimas cosas más...
No se trataba de lo que queríamos ser. Nosotros fuimos, y somos, eso.Para defender a un amigo/a o lo que fuera, nos cagaríamos a trompadas con cualquiera: hombre, tortuga, Drácula o mono gigante. Liberaríamos principados. Descubriríamos nuevas tierras... Sabíamos que no era cierto, pero no importaba.
Y eso es lo que fuimos. Y en esto nos convertimos...
No como estos pendejos de mierda que se la pasan jugando al Counter Strike, gritando como locos, escupiendo, eructando y demás...
Carajo...




jueves, 29 de mayo de 2008

Almácigo denuncia

* Hoy: Madre
Cuando era pequeño había en Hurlingham una juguetería enorme. Para todos los chicos de por acá era como una sucursal del paraíso. Encima, este lugar quedaba al lado de la casa de un amigo. De modo que podía visitarlo cada vez que salía o iba a lo de mi amigo.
Ahora hay una casa de empanadas de esas que son odiosas. A las que llamás a las 9 y llegan a las 11:30 con el pedido de otro... y, encima, son de ciruela... Puaj!!!
Tenían de todo (además de personas que amaban su oficio y trataban bien a los niños). Por ejemplo: las colecciones grandes de Playmobil; toda la línea de He-Man; el muñeco grande de Mazinger Z; los primeros muñecos de Rambo (los de la mochilita con brazo); las dos líneas de Thundercats; los rarísimos muñecos de Los Pitufos; trenes varios; aviones y mucho más.
Un día, pasando por ahí, lo vi... Era un enorme y hermoso muñeco de Snoopy. Venía con un traje rojo y patines. Con orejas y colita de peluche. Era la locura del momento. Todos queríamos uno, y sólo yo (de entre mis conocidos) pude comprarlo antes que se agotara el stock.

Nunca más volví a ver esos muñecos.

El tiempo hizo que perdiera los patines y la ropa. Quedando como es originalmente: un perro beagle blanco, con una mancha negra en el lomo. Pero era lindo igual.
Pasaron los años, y Snoopy cayó en el armario de los recuerdos.

Pero las fuerzas del mal trabajan constantemente... Y no pude preveer la jugada del destino.

Un día, llegué de la facultad pensando en mi querido Snoopy sin saber por qué. Lo busqué... No estaba por ningún lado... Cosa rara... Se me ocurre preguntarle a madre... Y madre dice: "lo llevé a la escuela" (madre era directora de una escuela en aquella época)... "si vos ya no sos chico"...
Traicionado por mi propia madre... ¿Acaso hay algo más cruel?... ¿Cómo pudo pensar en la felicidad de otro niño y no en la mía?... ¿Qué tenía que ver el que no jugara con Snoopy o que tuviera 20 años?... ¡¡¡¡¡¡Era mío!!!!!!... No debió regalarlo...
Y fue así como descubrí la maldad del mundo. Había leído sobre traiciones famosas, guerras, dictaduras sangrientas, los caramelos 1/2 hora y comer sandía con vino. Había sido dejado por algunas mujeres. Me martillé el dedo varias veces. Pero esto era infinitamente peor... Snoopy ya no estaba. Vaya uno a saber quién lo tenía... Y si lo supo valorar (un juguete caro y raro; imposible de encontrar ahora)... Tal vez lo dejaron cerca de una estufa y se quemó... O se perdió en una inundación...
Y, sólo por este hecho, la humanidad deberá pagar un precio terrible... Eso les pasa por meterse conmigo... He dicho.



miércoles, 28 de mayo de 2008

Una vez más... Otra vez de vuelta


Buenos días... No se si serán buenos... Pero algún día es seguro...
No recuerdo (mentira; si recuerdo) cuando dejé a mi querido Almácigo original colgado en el mundo de la internept (léase: internet para inéptos). Pero si recuerdo (faaaaaaa!!!... qué prosa!... "recuerdo" 3 veces en menos de 20 palabras...) aquel sentimiento de pérdida y la intención de mantenerme en contacto con quienes me acompañaron en aquella época.
Tristemente, fui viendo como algunos de mis antiguos camaradas bloggeros se fueron perdiendo en el tiempo. Algunos reaparecieron y aún conservo su amistad. Con otros no pasó nada... La mayoría, para ser sincero.
Y hoy se da que pueda escribir nuevamente. Pero no me pareció bien hacerlo desde aquel espacio, ya que expresaba cosas propias de la época y circunstancias que me tocaron vivir. Y, afrontémoslo... He enloquecido con los años... Me he vuelto más amargo (si acaso era posible)... Y detesto más a las viejas (siempre hay espacio para más odio).
Así que nada. Por ahora, sólo quería saludarlos (en mi mente suena: a quién le hablás, idiota?... primer post = cero visitas).
No voy a prometer secciones como: "El espacio de Gogo Zanfigueroa", "Promos CyBerto", o "De las aves que vuelan, me gusta el chancho". Pero "El maravilloso mundo de la cocina televisiva", "Almacigo denuncia" y "¿Qué comé' nena, bulone'?" tuvieron buenas críticas en el festival de Loma de la Lata.
Los dejo tranquilos. Les dejo besos varios. Y nada... ¿qué?... ¿querían más?...
Esto no es una feria... Así que rajen... Vamoooos... Les digo qu¡¡¡¡AHORA ME HICIERON CALENTAR, VÁYANSE TODOS, APAGUEN ESA PORQUERÍA!!!!